martes, 8 de abril de 2008

yonkis fashion


Lo único que la moda va a tratar de evitar siempre es que tengas aspecto de yonki, aunque todas las modelos lo parezcan, y no es ningún secreto que la mayoría lo son. Cierto look indigente es tolerable, pero es inadmisible el de yonkarra subvurbial. Límpios y sanos nos echamos al frío escenario de la ciudad, al aséptico teatrillo de la sociedad del bienestar, donde pretendemos ser protagonistas pero sólo conseguimos actuar como público. Todos con nuestros disfraces y trapitos en auge; las chapas con dibujos de teleserie, los pañuelos palestinos del pull&bear, los pantalones de pitillo, las camisas almidonadas marcadas con logotipo al pecho, calzoncillos visibles de 40 eurazos, los cortes de pelo de 15, las camisetas de los ramones del zara, los collares con tachuelas del centro comercial; comprando donde los demás, aspirando sin embargo a serdiferentes. Jodidos por el sueldo o la asignación familiar, pero gastando una pasta en nuestro flamante estilo cyber, dark, gótico, emo, alternativo, lolita, pijo, popi, fetish, punk, rocker, opin-up, hip-hop… siempre a la última para no desentonar en los locales donde se cuece lo innovador, accediendo en masa a las salas que reflejan nuestra melomanía, nuestra flamante personalidad perfilada en Internet, permanentemente actualizada.

Parece que antes dejarse ver en ciertos lugares formaba parte de un acto cultural, hoy que la cultura no es más que un instrumento del omnimercado, los lugares que frecuentamos sólo son una pasarela de tendencias. Cuando estamos todos allí, en nuestros cubiles que aparentemente nos definen y tras nuestra inversión por alejarnos del temido aspecto yonki, lo que ocurre es que nos drogamos como cerdos, con lo que sea, alcohol, porros, pastillas, coca…
En nuestras insustanciales vidas es lo más cerca que podremos estar de emular a nuestros ídolos musicales y toda la tropelía fanatizante del star system.
Una cosa es segura, y es que nadie nos podrá reprochar nunca que no sepamos valorar y adorar adecuadamente a nuestros dioses.


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