lunes, 17 de marzo de 2008

no soy un yonki, soy un ninja


Me muevo sigiloso en la oscuridad. Soy prácticamente invisible.
No ataco, el asesino psicótico de mi interior ha cambiado el arte de la guerra por una dosis extra de heroína. Quiero acabar con el mundo, con toda vida humana, anhelo las armas de destrucción masiva con las que unos pocos chantajean a las multitudes, pero no las tendré jamás. Me resigno. Odio la especie a la que pertenezco. El amor es una patraña explotada por hollywood y el vaticano para conseguir pasta, sólo venden un sueño para hacer soportable nuestras miserables vidas. El verdadero amor da miedo y este es un mundo de cobardes con nómina. La única vida que destruiré será la que más necesito, la mía. Lo haré como parábola callada, como silencioso alegato.

Mi desencanto es infinito. Mi golpe será certero.

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